Los censos de 1855 y 1869 en la historia de Campana
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Los censos de 1855 y 1869 en la historia de Campana

En Campana, en 1895, para el primer censo donde fuimos registrados de forma autónoma de Exaltación de la Cruz, fueron contabilizados 7733 habitantes. Para 1914 ya sumamos 15470 individuos, y para 1947, merced a la crisis que significó el cierre del frigorífico en la década del '20, apenas habíamos crecido en unos pocos miles de habitantes, llegando a contabilizar 17250. Luego, la ya conocida explosión demográfica post Dálmine.


Como siempre insisto, no vaya a creer el o la vecino/a desprevenido que un día llegaron los Costa con un tren Mágico y crearon de barro como un gólem a la ciudad y al puerto: desde siglos atrás, miles de pobladores a través de los años, en distintos puntos del actual partido de Campana, nacieron, crecieron y murieron.

Para 1869, cuando se realizó el primer censo nacional, Campana formaba parte aun de Exaltación de la Cruz.


Exaltación, incluyendo Campana, rozaba los 4000 habitantes, y cerca de 3000 de ellos eran del ámbito rural, es decir, de afuera del casco urbano de Capilla del Señor. Y acá es donde se pone divertido: es difícil utilizar un método científico real para realizar el cálculo de cuántos de esos 3000 eran de nuestro actual partido, pero sin duda, y sin ánimo (y posibilidades materiales) de buscar un rigor científico absoluto, tenemos una forma de calcular "ma o meno" los habitantes de nuestro futuro partido (sí, imaginen al oriental de Crónica y léanlo en su cabeza con ese tono).

La mecánica del censo de 1869 no fue muy distinta a las actuales, aunque la terminología usada hoy nos chocaría, ya que era la propia del siglo XIX. Además de preguntas similares a las actuales (edad, oficio, estado civil, capacidad de lectura/escritura etc.), ésta buscaba conocer, ya por fuera del dato concreto de la persona, algunas condiciones de los grupos humanos: es especialmente llamativa a nuestros ojos la categoría "cretinos'', ''imbéciles'', ''estúpidos'', ''opas", además de las esperables como ''inválidos'', ''hijos ilegítimos'', etc.


Pero bueno, acabo de darme cuenta que tomé para el rumbo de los tomates con el párrafo anterior, y me fui de lo central. La forma sui generis de "estimar" Campana es la siguiente: Capilla del Señor fue censada por 7 personas, de las cuales, José Sosa y Manuel Cruz fueron las encargadas del casco urbano. Luego, la incógnita rural... sabemos que el valle del Río Luján estuvo poblado desde hace siglos: Los Cheves, los Gigena, los Cuenca, los Melo, los Ponce de León, los Piñeiro fueron entre muchas familias quienes ya estaban asentados desde largos tiempos atrás en la zona, y también sabemos de los Scully, los Murray, los Kelly... y para el 1869, también los Costa. Entonces, solo quedaba buscar en la cedulas censales los nombres. Obviamente, las recorridas se hacían por cercanía geográfica, algo que se deduce por los agrupamientos de la cedulas: gran parte zona del Rio Lujan fue censada en otro libro distinto que la zona del Paraná.

Entonces, vamos primero al libro que incluye el casco de la estancia de los Costa y otras de mediano porte: tenemos 228 personas, fue realizado por Rodolfo Figueras desde el 16 de septiembre 1869 hasta el 17 de septiembre, y se contabilizaron esas 228 personas en 37 casas de paja y dos de azotea. Esta zona tenía multiplicidad de ocupaciones, y también varios comerciantes, por ejemplo, los suizos Tissier que durante décadas tuvieron una despensa en la zona cercana al río.

Por otro lado, Esteban Piñero censó familias históricas en el valle del Río Luján: también contabilizó 228 habitantes en 45 viviendas, en 1 sola de azotea, 1 de madera y 43 de paja...lo ya dicho: Ponce, Melo, Cuenca, Cheves, etc.

Incluso, hay un tercer libro con apellidos zonales, pero entreverados con los de la Capilla del Señor actual, que no podemos mensurar con tanta claridad. Pero dicho todo esto, y aun asumiendo que algún censado en la zona más cercana al Paraná estuviera en la zona de la actual Zárate, y que alguno censado en el Rio Lujan estuviera hoy fuera de nuestro limites, teniendo en cuenta los que vecinos que figuran en el tercer libro que no contabilizamos, podemos inferir con bastante certeza que los habitantes del actual partido no bajaban del medio millar para ese 1869, lo cual, para aquellos años, no era poco.


Si llegó hasta acá, ya sé lo que dirá: ''bueno, este tipo ya terminó de escribir''.

Pues no. Recuerden que, como dice Residente, "esto lo hago pa divertirme", y como mi amigo Esteban de Código Plural es como el Bizarrap de los medios locales, esto lo tomo como una BZRP Music Session. Y ya sé: esta frase está más pensada para un público cuasi adolescente, pero no importa, si generacionalmente no lo comprende, googlee el asunto, que por más que pasen los años hay que estar actualizado.


En fin, antes de este censo, hubo otro. Sí: hubo otro.


El bendito y malogrado censo de 1855 fue organizado por el gobernador Pastor Obligado, en épocas de la separación de Buenos Aires del resto de la Confederación. Tenía ambiciones de censar toda la campaña bonaerense (es decir, toda la campaña en el sinónimo de zona rural dominada hasta entonces por el poder provincial, mucho menor a la actual, ya que aún había vastas extensiones fuera del control efectivo de la gobernación y en manos de distintos pueblos originarios) y, por supuesto, la ciudad de Buenos Aires.

El censo es un completo desorden: como en el de 1869, adivinamos a los protocampanenses por cercanía, pero de una manera mucho más imprecisa. El censo no está completo, pero podemos encontrar nuevamente las agrupaciones de Cheves, Gigena, Melo, Cuenca, Ponce de León, etc. en las mismas hojas. Los mismos que encontramos en 1869, pero más jóvenes.


Haciendo una mirada "por arriba", la cantidad de pobladores de la zona no bajaba de los 250, pero probablemente nos estemos quedando algo cortos por lo desprolijo del recuento.


¿Y ahora basta? Sí.


¿Fueron los primeros censos? No. Hay registros de hacendados, registro de hombres en condiciones de tomar armas, pero no revestían las misma utilidad que estos dos que hemos desarrollado, sino que quizá eran más dirigidos a las actividades productivas, y aunque interesantes a nivel investigación, comprenden temáticas que exceden esta monografía (esto para no decir que ya escribí demasiado).

Sin dudas, la utilidad de los censos es vital: es la foto de un país en un instante. Permite saber cuántos somos, pero fundamentalmente cómo vivimos, y es importante para mensurar si como nación vamos hacia adelante o no.

Cuando tengas al censista en tu puerta, sé cordial, dale las información más precisa posible, quizá dentro de 100 y pico de años, algún flaco la necesite cuando quiera escribir una columna de interés general. Mi yo del futuro te lo va agradecer.

 

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