Días como flechas (por Armando Borgeaud)
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Días como flechas (por Armando Borgeaud)

Ruta 6: tragedia con corruptos, ineptos y caraduras

Ruta 6 altura Los Cardales (foto FM Los Cardales)

Alguien debe llevar la cuenta, esperemos que por lo menos en los municipios de Zárate y Campana, en Vialidad Nacional si queda algo de ella, en algún cajón de los consejos deliberantes de cada orilla a la espera de órdenes superiores de los partidos para reflotar el tema. Seguramente en alguna planilla Excel figure el detalle de las obras y los costos…. que se fueron sucediendo a partir del momento en que pareció que la ruta 6 estuvo terminada, nos referimos aquí específicamente al tramo entre Zárate y Campana, allá por los albores de este siglo XXI. Desde entonces, las calzadas sobre los dos puentes fueron reconstruidas parcialmente varias veces y prácticamente en su totalidad, una vez cada uno, y así siguiendo por los extensos tramos del pavimento de ambas manos que fueron removidos y vueltos a rellenar cuando el resquebrajamiento de la superficie amenazaba con hundir el camino como sucede después de un bombardeo o debido al pisoteo de algún monstruo japonés surgido de aquellas torpes películas de los años sesenta. Y siempre la pueril esperanza de los conductores y pasajeros que vamos y venimos por ella todos los días de que aquellas molestias derivadas de las obras de reparación serían las últimas y que por fin, la soñada ruta 6 del Mercosur luciría impecable por los próximos 20 años, únicamente necesitada del corte de los yuyos a sus márgenes cada tres meses, ni siquiera eso podemos garantizar hoy, y de la instalación de las luminarias siempre prometidas y jamás colocadas como consecuencia de los sucesivos ajustes y recortes presupuestarios. Una vez más la vieja historia de fracasos y desilusiones representada en un segmento de ocho o diez quilómetros de ruta entre dos ciudades industriales apareció en escena. En la misma carretera en que, como una broma de mal gusto, se ha colocado una cámara para controlar el exceso de velocidad, en medio de la nada dicen los vecinos hartos, justamente donde comienzan los pozos rompe ejes y las grietas revienta carísimos neumáticos. Si no fuera para llorar vendría al dedillo para un argumento de comedía italiana como las de Alberto Sordi o Victorio Gassman, ya que de ahí venimos, justamente. Pero lo peor, como siempre, no está en el peligro que significa una ruta nueva semidestruída, con la amenaza permanente para personas y bienes. No. Lo peor es la resignación de todos nosotros ante semejante atropello a nuestros derechos elementales. Y esa lamentable falta de reacción nos abraza a los medios de comunicación en primer término, qué duda cabe, incapaces de sostener el tema en las primeras planas todo el tiempo que haga falta hasta lograr una respuesta adecuada a este escandaloso desastre a la vista de todos. Mediocridad cómplice, en suma, como si fuera poco, de funcionarios, legisladores, jueces, profesionales, estudiantes, gente común. En el mismo lodo todos manoseaos… se lamentaba Discepolín en su tango inolvidable en honor a la década infame. Una pintura exacta, más allá de su directa alusión a la decadencia del siglo XX, de cómo somos los argentinos desde siempre.

Por qué corruptos Porque es obvio a simple vista que la mayoría de las roturas del pavimento en el tramo de ruta entre las dos ciudades, incluidos los dos puentes, se debe a la utilización de materiales de calidad inferior. Deberían existir probetas moldeadas con muestras extraídas de los distintos sectores del tendido que podrían ensayarse para la confirmación o no de la resistencia exigida. Los acuerdos legales, se supone, deberían exigir a los contratistas la garantía de los trabajos realizados, así como la reconstrucción sin cargo en caso de falencias comprobadas en la calidad y duración de los trabajos. ¿Alguien podría confirmar estos puntos?. Qué pregunta.

Por qué Ineptos Porque sin la pata de la ineptitud, la impericia, la falta de profesionalismo, es decir, sin la falta de responsabilidad de quienes contratan o son contratados para realizar una tarea para la que no están capacitados ( la deformación impresionante sobre los puentes deja en claro que quien planificó y realizó hizo esos trabajos no conoce su oficio ) no es posible completar el círculo de semejante fracaso vial.

Por qué caraduras Porque es increíble cómo a funcionarios, legisladores, empresas constructoras y entes de control, no se les cae la cara de vergüenza cada vez que deben salir, en general sonrientes y con aire salvador, una y otra vez, a explicar lo inexplicable. Que la ruta 6 vuelve a estar en obra, en reconstrucción, y que esta vez será la vencida. Nuevamente la piedra del mito de Sísifo hacia lo alto. Para volver a dejarla caer. Y volver a tener que levantarla con nuestros impuestos, sobre nuestros hombros, bajo nuestro hartazgo asqueado. Cada vez más pesada la sensación de que no tenemos destino posible como nación. No importa ya quién nos gobierne y hasta cuándo.


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