La campaña local del oficialismo, sin Macri y ahora también sin Vidal
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La campaña local del oficialismo, sin Macri y ahora también sin Vidal

El pasado lunes re-comenzó la campaña electoral, esta vez de cara a las elecciones definitivas de octubre. Juntos Por El Cambio tomó nota de los resultados y dio un volantazo: a la ya no-sorpresiva estrategia de ''esconder'' a Macri, ahora también decidieron hacer lo mismo con Vidal. ''Yo voto a Abella'', el nuevo slogan, más simple y específico que nunca.

No more Macri, no more Vidal. Hasta los colores típicos de Cambiemos sacaron. Ahora la estrategia del oficialismo local es ''Abella solo contra el mundo''.

En relación a las P.A.S.O., Campana fue una ciudad con resultados más que interesantes para el análisis.


En 2015 la ciudad dejó de ser mayoritariamente peronista luego de 20 años de varelismo, y le dio la bienvenida al candidato macrista Sebastián Abella (que tuvo un paso sin pena ni gloria por el peronismo massista en 2013, cuando pasó a las filas del Frente Renovador desde el PRO, lugar al que luego regresaría). En aquellas recordadas elecciones, en Campana ganó todo el ''pack-Cambiemos'':

  • Mauricio Macri en la Nación (22238 votos [38.64%] contra 19062 votos [33.12%] a D. Scioli)

  • María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires (25058 votos [46.08%] contra 17254 votos [31.73%] a A. Fernández)

  • Sebastián Abella en la ciudad (26326 votos [45.86%] contra 21519 votos [37.48%] a S. Giroldi)

En 2017, las elecciones legislativas fueron también sumamente positivas para todo el macrismo. En Campana, que se elegían 10 concejales y 3 consejeros escolares, la victoria de la Alianza Cambiemos contra Unidad Ciudadana fue 41.53% (25349 votos) a 28.77% (17.560 votos). Es más: en algunas partes de la ciudad, en especial en el ya conocido antiperonista casco céntrico -por ejemplo, en la Escuela Normal y en el Instituto N°15-, ''el cambio'' fue arrasador, y Cristina Fernández perdió ampliamente contra Esteban Bullrich.


Ya en 2018, la atmósfera en la ciudad podía percibirse ligeramente distinta debido a los numerosos y fuertes golpes que los gobiernos nacional y provincial dieron al bolsillo de la población. El descontento con la gestión macrista fue siempre en ascenso, pero aun así ni los más optimistas opositores se aventuraban a poner en duda la reelección de Sebastián Abella.

Es más, el Jefe Comunal, en aquel tristemente célebre discurso de 30 segundos con el que abrió las últimas sesiones legislativas, dijo claramente ''dejo inauguradas las sesiones del año 2019, viéndonos seguramente el año que viene'' (haciendo un particular uso de los tiempos verbales, claro está también). Esto quiere decir que, consciente o inconscientemente, en marzo de este año, para el macrismo local la victoria en octubre era un hecho.


En la misma línea declaró el presidente del bloque de concejales del oficialismo, Carlos Cazador, cuando en su entrevista en profundidad con Código Plural aseguró en la previa de las P.A.S.O. que estaba ''convencido de que él (Abella) va a ganar pero estamos ante la duda de lo que puede pasar a nivel nacional y/o provincial'' y que ''si él (Abella) fuera mano a mano a la elección la ganaría por escándalo'' [fuente].


Y, debemos decir, de acuerdo con lo visto en las P.A.S.O, Abella es el favorito para hacerse de la elección: el piloto de TC Pista le sacó 7,64 puntos a su inmediato perseguidor, el Dr. Rubén Romano del Frente de Todos, lo que equivale a 4752 votos, una diferencia que si bien en marzo hubiera parecido ''escasa'', a la luz de los resultados en provincia y nación parece enorme.


En Campana pasó algo extraño: luego del romance de la ciudad con el macrismo, que duró al menos dos elecciones, volvió a ganar el peronismo en las esferas de Nación y Provincia. Sí: en Campana ganaron Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner con el 45,73% (28177 votos, la mayor cantidad de las cinco categorías), contra el 32,85% (20244 votos) que obtuvieron Mauricio Macri y Miguel Angel Pichetto; y también ganó Axel Kicillof con el 42,96% (26792 votos) contra el 36,65% (22859 votos) que sacó la gobernadora ''Mariu'' Vidal (que debe sentirse desilusionada, luego de incontables visitas a la ciudad). El kirchnerismo ganó también en las categorías de diputados nacionales y diputados provinciales. En resumen: ganó en todos lados, menos en la intendencia.

A la izquierda, un cartel de Abella junto a Macri -colgado ilegalmente en un poste de luz y obstaculizando la visión de conductores-, una imagen que se vio poquísimo durante la campaña de cara a las P.A.S.O. dado que el presidente era para muchos (incluido el concejal Cazador) un ''collar de sandías'' para el intendente. A la derecha, con Vidal, la dirigente a la que había que exprimir al máximo por su ''alta imagen positiva'' que, al final, no fue tal. Para evitar disgustos y una remontada épica, el abellismo cambia de estrategia y ''archiva'' a las dos máximas figuras de Juntos Por El Cambio.

Esto quiere decir varias cosas. Primero, que la decisión estratégica local de ''esconder'' a Macri en la campaña fue acertada, porque esa primera fracción de la boleta, la de presidente, fue en donde al macrismo peor le fue en Campana. Segundo, que la masa de los vecinos campanenses efectivamente hacen una diferenciación entre Macri y Abella. Es probable que la ciudadanía no haga responsable a Abella del desastre económico de Macri, y que en cambio sobrevalore el perfil del actual intendente, esto es, el de un dirigente político sencillo, que no realiza grandes demostraciones de oratoria, pero con mucha acción ''de calle''. Un intendente que, como describió el concejal Cazador, gobierna ''no desde el escritorio sino desde la calle. Sebastián tiene una particularidad y es la de estar todo el día en la calle. Anda por todos lados ¿Cómo? Solo'' [FUENTE]. Además, Abella habla sólo lo justo y necesario. Y cuando lo hace, lo hace ''fácil'' y directo.


Si a todo esto se le suma el hecho de que su figura aparece siempre ''donde sucede la acción'' (gracias a un gran trabajo combinado entre la Secretaría de Prensa y Comunicación y los medios de comunicación locales que se nutren muy mayoritariamente -exclusivamente en algunos casos- de las notas que emite aquella), y que además es joven, simpático, y ''camera-friendly'', la conclusión a la que se puede llegar es que la gente en Campana se hartó del macrismo y lo demostró con creces en las urnas, pero no solo NO se hartó de Abella sino que, a pesar de su encolumnamiento en el partido ''en retirada'' (que ahora intentará ocultar a cualquier precio), lo sigue eligiendo. Para los campanenses, Abella no es Macri, no importa cuánto se esfuerce el kirchnerismo local en advertir -con numerosos ejemplos- lo contrario.

Como indica la tabla, en Campana el kirchnerismo derrotó ampliamente al macrismo en 4 de las 5 esferas. Pero no lo logró en la local: Abella sacó casi 28 mil votos, solo superado en cantidad en la ciudad por la fórmula Fernández-Fernández (28177)

Pero Abella tiene ahora un problema que, si somos sinceros, muy pocos pudieron ver venir: Abella le sacó casi 5000 mil votos a Romano en una elección que fue ANTERIOR al comienzo del desastre económico ''de verdad'' de Argentina, o sea, al que se desató el lunes después de los comicios y que se vio plasmado en una terrible devaluación del peso, corridas bancarias, la renuncia de otro (¿cuántos van?) ministro de Hacienda, la conversión de ''la calle'' porteña en una verdadera caldera, y que terminó, en los pasados días, en la declaración de la Emergencia Alimentaria por parte del parlamento. Es decir: Abella derrotó a Romano por una cantidad de votos importante, pero lo hizo antes de que el macrismo chocara por completo e irremediablemente la calesita. Si los anteriores fueron solo ''toques'', el 12 de agosto el macrismo la chocó toda.


El equipo de Abella (y de los pocos otros intendentes que lograron ''safar'' del tsunami electoral peronista del 11/8) ven que, en el contexto actual, hay que ''salvar lo que se pueda'', y a cualquier precio. Creían que ''pegarse'' a Macri era una sentencia de muerte y acertaron, pero no vieron venir que pegarse a Vidal también lo era. En este momento, saben que, como dice el cantito, ''Macri ya fue, Vidal ya fue'' y lo que quieren, a toda costa, es ''no ser ellos también'', y por eso pegaron volantazo y cambiaron la estrategia publicitaria: ahora es SIN Macri y, además, SIN Vidal. ¿Qué le comunican al votante campanense? Que ''yo voto a Abella''. Macri y Vidal ya no importan. O mejor dicho: importa que estén escondidos.

Dos estrategias proselitistas antagónicas en un mismo poste de luz: debajo, un vandalizado cartel del Frente de Todos da lugar no sólo al candidato local, Ruben Romano, sino también a los candidatos a presidente y a vice (Alberto Fernández y Cristina Kirchner) como al nombre y al logo de la entidad partidaria a la que representan. Arriba, la figura de Abella y nada más: sin Macri, sin Vidal, sin mención alguna a Juntos Por El Cambio.

En otra gran muestra del poderío económico del macrismo en el rubro ''marketing'', recientemente se ha visto cómo en la ciudad se reemplazaron gran parte de los carteles de campaña que tenían al intendente Abella acompañado ya sea por Macri (los menos) como por Vidal (la inmensa mayoría). Ahora es Abella contra el mundo. Algunos carteles -como los que podrán ver a continuación, colgados ilegal y negligentemente en semáforos- ni siquiera tienen en ninguna parte los distintivos colores de Juntos Por El Cambio. Es que, a los fines reeleccionarios, cuánto menos asocien a Abella con su propio partido, mejor.


La pregunta que aterroriza a Juntos por El Cambio en Campana, y que envalentona al Frente de Todos, es: la oleada antimacri y antividal desatada luego de la debacle económica del lunes post-PASO, y la confirmación pública de que Campana dejó de ser una ''ciudad amarilla'' como lo supo ser en 2015 y 2017, ¿logrará hacer perder a Abella en octubre? Así como en 2015 Abella se vio beneficiado por la ''corriente a favor'' de nación y provincia, ¿será que en 2019 esa corriente pueda hacerlo perder? Por lo pronto sabe que tiene un colchón de casi 5000 votos, que en una ciudad como Campana -en la que en las PASO votaron 62000 personas- podría parecer insalvable, es cierto. También sabe que los campanenses cortaron boleta a lo loco, y a su favor. Pero, ante la duda, la gestión local tomó una decisión y se la jugó por entero por la exacerbación de la figura de Abella, prescindiendo por completo de las de Macri y Vidal.


El Frente de Todos, por supuesto, irá en la dirección contraria de acá a octubre, y ya lo viene haciendo y fuerte: pondrán a Romano siempre en yuxtaposición a Alberto Fernández, Cristina Kirchner y -sobre todo- Axel Kicillof, convertido este último, sin dudas, en el gran ganador de las P.A.S.O. luego de haberle propinado una paliza electoral histórica a María Eugenia Vidal, con 4.921.736 votos (49.34%) contra 3.223.460 (32,56%) en la prov. de Buenos Aires. Respecto al economista keyneasiano, además, se espera una visita a la ciudad -la tercera en muy poco tiempo- en las próximas semanas.


Lo cierto es que uno de los escenarios posibles para diciembre -si no se revierten los resultados - es que haya presidente y gobernador de un partido político, e intendente de otro. Esto es algo que no sucede en Campana desde el año 1989 (y hasta el '91), cuando Calixto Dellepiane tuvo que ''lidiar'' con Antonio Cafiero en la provincia y con Carlos Menem en la nación. Porque Jorge Varela tuvo a De La Rua en la nación, pero a su aliado Ruckauf en la provincia. La situación de total aislamiento del intendente no se da desde hace 30 años y, como algunos recuerdan, ''Y así terminó Calixto...no había ni lapiceras cuando entregaron la muni...''

Por el momento, Abella viene pisteando como un campeón. Sus compañeros de escudería vienen dándose palo tras palo, pero él sigue adelante. En Campana, la gente no lo asimila con Macri, tampoco con Vidal, y ni siquiera con el macrismo, y por eso safa. Él lo sabe, su equipo lo sabe, y el plan maestro para repetir el mes que viene la victoria de agosto es hacer lo que haga falta hacer para que Campana no cambie repentinamente de idea.

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