Día de la niñez, por una infancia libre de estereotipos
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Día de la niñez, por una infancia libre de estereotipos

Un gran aparato de publicidad y marketing apunta actualmente sus cañones al día de la niñez, que se celebra en pocos días. Por ello, nos detuvimos a analizar: ¿Qué juguetes se ofrecen? ¿Para quiénes están dirigidos? ¿Cuál es el mensaje que hay detrás de ellos?

En la infancia somos mucho más vulnerables a los mensajes tóxicos que nos llegan

Aunque muchas veces no se percibe, detrás de cada juguete subyace una significación, que sutilmente establece un rol en la sociedad. Es decir que si bien no existe una respuesta lineal, la industria de los juguetes es una de las más importantes a nivel mundial porque sin que sea mayormente notada es la encargada, desde la infancia, de establecer diferencias entre los géneros.


Es sabido que vivimos en una sociedad patriarcal. Todos, todas, todes estamos expuestos desde nuestra gestación a un sistema binario según nuestra confección biológica que nos identifica como nenas o nenes, y encajar en esos estereotipos ya puede crear, de por sí, un sinfín de complejos. Y pese a que actualmente esto disminuyó bastante, y a que en Argentina existen leyes de identidad genérica de vanguardia mundial, no encontrarse representado en la asignación social que le fue asignada ''de prepo'' a uno puede, muchas veces, provocar discriminación y estigmatización.


Para que estos roles o estereotipos se generen y perpetúen existen construcciones sociales, como los juguetes sexistas, es decir, determinados por género. Es casi inaceptable que un varón juegue con un bebote o con una cocinita, lo mismo si una nena quiere jugar a la pelota o a los autitos. Acciones tan simples se ven graves porque cada juguete trae consigo una significación mayor, que es la atribución de un rol. La sociedad necesita de los juguetes para construir estereotipos desde la infancia, incluso a veces sin la intención de los adultos.

¿Qué tiene de divertido jugar planchar?

Es difícil creer que el que le regala una cocinita a una nena le está diciendo que su lugar es la cocina o el que le regala un juego de maquillajes le dice que lo que importa es que esté bella. No, por lo general no se llega a tal reflexión, por ello, son mecanismos que actúan sutilmente y se generan sin que lo notemos.


En las góndolas de las jugueterías, los productos están divididos según a quién son dirigidos. En una mirada general, podemos decir que el lado rosa (es casi imposible encontrar otro color) es el lado femenino. En el sector masculino, hay más variedad, no solo en juguetes, sino en colores. El único que no vamos a ver nunca es el rosa. Cada objeto tiene una cualidad que, a su vez, es la cualidad que debe tener su dueño. Son delicados o son para la lucha, son para cocinar o para armar edificios. Nada está librado al azar.

Los juguetes sexistas reproducen los valores sociales asignados: las niñas tenemos que jugar con bebes; con cocinitas; escobas, máquinas de coser y todo eso que deberíamos utilizar de grandes si queremos ser unas buenas amas de casa –ese es nuestro lugar, la casa-. En cambio, los chicos tienen bloques; pelotas; guitarras; disfraces de superhéroes; espadas; juguetes para niños fuertes y creativos. En la niñez, nuestra modelo es la Barbie: rubia, flaca, con las medidas socialmente aceptables. ¿Quién no quiso ser Barbie? Su mayor cualidad era ser linda. En contraste, los nenes tenían muchos más modelos a seguir: Superman, Spiderman o Gokú.


Esto se ve parodiado en el conocido capítulo de The Simpsons "Lisa Corazón de León", donde ella adquiere una muñeca que reproduce mensajes machistas y comienza una cruzada para fabricar una muñeca que le deje un mensaje positivo a las niñas de Springfield.

Sus juguetes salvan al mundo, los nuestros se arreglan el pelo. Ése es uno de los grandes problemas. Los juguetes de nena tienen una importante carga de fondo, y es que muchos de ellos parecen enseñar que lo que importa es la imagen, qué mostramos y no quiénes somos. Esto puede generar conflictos, ya que desde muy niñas somos expuestas a estos mensajes tóxicos.


Si bien es cierto que normalmente nadie se detiene a hacer estas lecturas a la hora de comprar un juguete, la fuerte lucha de los movimientos de mujeres y del colectivo LGTBQI+ puso en evidencia esta realidad, y su visibilización hace que podamos enfrentar y cambiar estas conductas. No solo con los juguetes, sino en la construcción de infancias libres de estereotipos y prejuicios hacia quiénes son y quiénes quieren ser los niños y las niñas.


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