Crónica de una intendencia: Fumiere, Ponce de León y una carta al más allá
- Joel Vallomy
- hace 26 minutos
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Joel Vallomy encontró algo extraordinario en los papeles viejos de Campana… y decidió contárselo, ni más ni menos, que al gran Jorge Pedro Fumiere, como si pudiera leerlo desde arriba. Una carta imposible entre dos aficionados a nuestra historia como ciudad —uno vivo, uno no— que revela datos nuevos, anécdotas y perlitas sobre quien fue el segundo intendente que tuvo nuestro pueblo, Mariano Ponce de León. Los invitamos a viajar por nuestro pasado con humor, emoción y hallazgos que sorprenden.

Campana, 22 de Junio de 1975 Señores N. R. Ponce de León y hermano Muy señores nuestros: Aunque no tengo el gusto de conocerlos, me atrevo a pedir un gran favor de ustedes y que es el siguiente. El 6 de Julio entrante se celebrará el Centenario de Campana, cuyo primer intendente fue Marciano o Mariano Ponce de León y con ese motivo se celebran un sinnúmero de actos recordativos. He sido el autor del libro “Los Orígenes de Campana” y jamás pude saber quién es ese señor Mariano o Marciano Ponce de León, solamente he podido saber que vivía en Los Cardales, por lo que supongo que era un antecesor de ud. En ese sentido me permito escribirles pues creo que lo ligarán a él algún vínculo. Desearía de ese señor alguna fotografía y sus datos biográficos, favor que motiva la presente. Los saluda con toda atención Jorge P. Fumiere Nota: Datos míos los puede solicitar al señor Calixto Dellepiane Intendente Municipal de Campana. Mi dirección es Becerra 571 donde quedo a sus gratas órdenes. |

Jorge, ¿cómo estás? Revisando en tus papeles encontré la copia de la carta que enviaste en Junio del 75 pidiendo información sobre el señor Ponce de León, segundo intendente de nuestro pueblo, pidiendo información sobre su persona a sus descendientes, la cual era bastante escasa.
Yo no sé Jorge cómo será el cielo, ni aún si existe, pero imagino que estás ahí, y que desde la omnipresencia de la vista celestial podés dos por tres pispear las cosas que pasan abajo. En ese caso, y aún dudando de que los espíritus puedan conectarse a una web a leer las noticias, me juego a escribirte en formato abierto algunas cosas que pude averiguar en tu honor.
Ponce de León se llamaba Mariano, efectivamente. No Marciano. Ahora viene data nueva, amigo: su nombre completo era Mariano Florentino del Corazón de Jesús Ponce de León, y nació en el Partido de Pilar el 14 de marzo de 1854.
Por algún motivo no lo bautizaron allí, sino en Capilla del Señor, supongo que por vivir más cerca del pueblo de Capilla.
Ah, ¿que cómo lo investigué? No George, no me puse a revisar hoja por hoja los libros de la iglesia como tenías que hacer vos: hoy cualquier opa desde una computadora (figurate una mezcla de máquina de escribir con un televisor, que transmite código morse y teléfono) puede mirar fotos a distancia. Te sorprende, ¿verdad? Es el futuro. Estoy seguro que estarías maravillado.
La mamá de Mariano Florentino se llamaba Cirila Friaz, y era vecina de Capilla del Señor, y el papá se llamaba Mariano de la Concepción Ponce de León, un fuerte hacendado de la región, hijo de Luis Ponce de León, Juez de Paz de Pilar y parte de la primera corporación municipal. Mariano padre había nacido en 1821 en Pilar, y falleció en 1871 en Capilla del Señor en medio de un brote de viruela que asolaba la región norte de la provincia de Buenos Aires¹, dejando a un Mariano adolescente.
En su testamento, dictado 3 días antes de morir, Mariano Padre indicó que:
“Encomiendo mi alma a Dios nuestro Señor y el cuerpo mando a la tierra de la que fui formado, el cual hecho cadáver quiero sea puesto en un cajón y sepultado en el cementerio de este Pueblo de la Ecsaltación de la Cruz”.
En ese testamento declara que su único hijo es Mariano Florentino y realiza una descripción de sus bienes, los cuales serían luego detallados con pulcritud durante la sucesión. Como era de estilo en aquellos años, enumeró sus deudas y a sus deudores. No eran demasiados ni los deudores ni los acreedores.
Como todo individuo de alto rango, tuvo sus recordatorios. Te pongo acá, deseando que de alguna forma puedas verlo, el aviso de la misa celebrada en 1872 a un año de su muerte, publicada en el Monitor de la Campaña².

¿Que cómo lo conseguí? También, desde la computadora. Mientras escribo, recordé que te moriste en el 77. Bueno, alguna computadora en algún lado tenés que haber visto. Hoy hacemos todo con la computadora (y con los teléfonos, pero no te quiero abrumar con el salto tecnológico). Lamento tener que contrariarte con algo… Con respecto a la carta que escribiste en el 75, te referís a la proximidad del Centenario del pueblo el 6 de julio que se acercaba… En verdad faltaban 10 años para eso, pero teniendo en cuenta que estabas a 2 años de fallecer, quizá tu cerebro terrenal estaba un poco sentido. No pienses Jorge que te quiero refregar por la cara un yerro, es que simplemente no quiero confundir a quien lea estas líneas fuera de vos y yo.
Volviendo a nuestro asunto.... Tuve acceso al proceso sucesorio de Ponce de León padre.
Cirila otorgó un poder general para tramitar la testamentaria a su cuñado, Luis Ponce de León (homónimo del padre de Mariano y abuelo de Mariano Florentino) ya que este vivía en Buenos Aires.
La viuda en ese momento declaró seguir viviendo en Pilar, junto a nuestro futuro intendente, pero siempre con bastante cercanía con Capilla del Señor, ya que de hecho, la defunción de Mariano Padre, su testamento, y el nacimiento de Mariano hijo habían sido realizados en Capilla.
Luis declaró domicilio en Piedras 54... Intenté ver el solar que ocupaba la finca… Aparentemente, se lo comió la apertura de la avenida de Mayo a finales del siglo XIX.
El sucesorio transcurrió con relativa calma, con los edictos publicados, nadie se presentó a reclamar deudas, las cuales quedaron circunscriptas a las declaradas en el testamento y las agregadas por gastos de última enfermedad y entierro. .
Había una cuestión: nuestro Mariano era menor, así que el Defensor de Menores de Pilar tomó intervención, mismo que el juez de Paz, inventariando escrupulosamente el patrimonio del finado, pero pese a que Cirila y Mariano eran los únicos dos herederos, ya en aquellos momentos ya existía una especial protección cuando hubiera menores involucrados.
Las estancias del padre de Mariano eran dos, una pegada a la otra, dando uno de sus extremos sobre el río Luján. No logro acertar la ubicación exacta, tanto del lado del río Luján del partido de Pilar (y del actual partido de Escobar que también era parte de Pilar) como de la banda del Luján que da a Campana, hubo numerosos establecimientos de distintas ramas del linaje de los Ponce de León. Varias de Luis Ponce de León, pero como siempre que tenemos homónimos en la historia, no sabemos si nos encontramos ante el abuelo de Mariano Florentino o su tío.
Lo único concreto es que siempre se las menciona como pertenecientes al partido de Pilar, con lo cual, salvo un error muy grosero, estarían ubicadas en esa margen.
En eso, Pedro, te admiro mucho por el trabajo que hiciste con Los Orígenes de Campana y su prudente estudio de los propietarios que tenías a mano. Es cierto que no tomaste en cuenta los numerosos propietarios de la tierra de los siglos XVII y XVIII del lado de Río Luján, pero como sea, fue un trabajo titánico. Desde chico he ojeado ese primer libro tuyo, mi abuela se refería a vos con una admiración poco habitual en ella.
¿La has cruzado por ahí arriba? ¿Cuándo nos morimos, nos encontramos todos? ¿Le decís que se la extraña?
Una de las estancias que heredaría Mariano Florentino medía 1400 varas por 1 legua de fondo, y si Gemini no se equivoca, tenía una superficie de 564 hectáreas. La estancia lindera 730 varas por 1 legua, también según Gemini unas 294 hectáreas.
No Jorge, Gemini no es mi novia. Es una especie de esclava que vive en mi computadora, pero ojo, en el 2025 falta poco para que también tengamos novias que viven en la computadora.
Parece que en el campo de Ponce de León también se trabajaba fuertemente la producción ovina: Tres mil ovejas de cría contrastaban contra solo 30 cabezas de ganado vacuno que figuran en el inventario, y por supuesto muchos elementos de trabajo rural.
Había una gran producción frutal: 1278 árboles de durazno, y probablemente también maderera, por una buena cantidad de sauces también incorporados al acervo. Dentro del patrimonio de la herencia figuraban 300 plantas de paraísos, desconociéndose si estaban plantadas para la venta o para algún tipo de explotación.
La casa de una de las estancias era de categoría para el momento, siendo de azotea, con paredes de ladrillo de unos 100 metros cuadrados, pero alargada, con forma de rectángulo, dividida en cuatro salas distintas. Cito:
“En tres piesas de estar los pisos son de valdosa asentadas en una fuerte mescla a Cal, y en la que sirve de Cosina es piso es de ladrillo asentado en barro, en regular estado. La Cosina tiene un gran fogon de material , y una campana de ladrillo ensamblado en Cal y rebocada, y a la parte de afuera una hermosa Chimenea. Dicha Campana esta sostenida sobre un parante de madera y que cruza a las dos paredes . En los dos frentes de este edificio hayun corredor de tres y media vara de rancho sostenido sobre seis portes de segundos con la altura de tres y cuarta vara desde la superficie de la tierra .”
En ese mismo campo se declara otra vivienda un poco más pequeña -pero de formato similar-, algunos galpones y viviendas menores con techo de paja para el personal de trabajo.
¿Te aburro, Jorge? Salgamos de la testamentaria.
Me permito salir de las fuentes estrictas e intentar conjeturar un poco.
Mariano hijo, nuestro futuro breve intendente, llega a su mayoría de edad en la década de 1870, como quien dice, forrado en guita. La sucesión no había presentado grandes deudas más allá de las pequeñas reconocidas por Mariano padre en su testamento. Era hijo de un poderoso hacendado y nieto de dirigente político de renombre. Tenía todo para sobresalir.
¿Ahora bien? Cómo desembarca como intendente en Campana.
No solo vos, Jorge te preguntaste eso mismo en el 75. Salomón Sinay en uno de sus libros se planteaba la misma incógnita sobre Mariano, como sabrás, por haber tratado a Sinay en vida, y compartían la misma escasa información: aparentemente vivía en Cardales y no mucho más.
Por cierto, si lo cruzas a Salomón por ahí mandale mis recuerdos y compartile la nota, estoy seguro que a él también le interesa.
Hay que entender que ni nuestro pueblo surgió de manera espontánea, ni tampoco sus actores políticos. Si bien es cierto que la mayor parte de nuestros hombres públicos a poco de la creación del partido eran recién llegados a la zona, también es cierto que durante la génesis del casco urbano y previo a él, las relaciones entre Capilla y Campana eran muchas: Luis Costa presidente de la corporación municipal de Campana, también en el pasado de la creación de nuestro partido fue miembro de la primera corporación municipal de Capilla, e incluso Juez de Paz también de esa jurisdicción, e incluso, el también futuro intendente Martín Castilla formó como Municipal parte de los gobiernos Capilleros.
Claro que las relaciones entre capilleros y campanenses eran, por así decirlo, borrascosas, cuando el casco urbano comenzó a tomar volumen, con múltiples quejas de los escasos recursos que el municipio de Capilla del Señor volcaba aquí: Capilla bolsiqueaba impuestos que los vecinos de Campana no veían retornar de modo alguno. En suma, nuestro pueblo crecía a ritmo vertiginoso, mientras Capilla se mantenía en una calma chica, pero sumando ingresos por las fábricas y talleres campanenses.
No me quiero extender demasiado sobre el proceso del primer gobierno local de Campana y que llevó a Mariano a la Intendencia de nuestro pueblo, ya que esto lo investigué y expliqué en una nota en este mismo medio [click acá], pero grosso modo, cuando se crea nuestro partido, se nombra desde la provincia (es decir, no se vota) a las personas que debían gobernar el pueblo a partir de 1886: Luis Costa es nombrado presidente de la Corporación Municipal (no se contemplaba el cargo de intendente para nuestro distrito). Este gobierno debía llamar a elecciones, pero entre medio, al desatarse una epidemia de cólera esto no sucede, entonces la provincia de Buenos Aires elige nuevas autoridades (es decir, otra vez a dedo) y ahí es cuando Mariano Feliciano Ponce de León es designado como intendente, durando muy poco tiempo el cargo.

Ahora, ¿por qué lo nombran a Mariano?
Mariano no era parte del grupo de comerciantes afincados en el casco urbano, ni muchísimo menos formaba parte de la élite empresarial-rural que había fomentado la separación con Exaltación de la Cruz: muy posiblemente el nombramiento haya causado un notable disgusto en el sector dirigente del pueblo, porque tampoco era un absoluto desconocido en el momento de su nombramiento, sino que, por el contrario, era un vecino muy vinculado a los intereses capilleros. De hecho, en 1886 se encuentran registros de su función como Juez de Paz interviniendo en cuestiones de la ciudad de Campana (de un expediente formado seguramente antes de la creación de nuestro partido).

A saber, a un pueblo recientemente “independizado” le nombran a un intendente vinculado mucho más a su pueblo madre que a su propia naturaleza. Efectivamente, yo también me exasperaría si fuera un campanense en aquellos años.
Ahora, ¿por qué el Gobierno Provincial se “compró” ese problema de nombrar NO a un ilustre desconocido, sino de yapa a alguien que irritaría por su origen “capillero”? En una nota marginal del link citado más arriba, ensayé una explicación que hoy merece ser parte de un cuerpo principal, dado que la causa de ese nombramiento polémico no podía ser otra que política y respondía a las batallas partidarias de Eduardo Costa, hermano de Luis, a nivel provincial: “(el historiador) Rogelio Paredes encuentra el nombramiento de Ponce de León como intento de desplazar a Luis Costa del poder local, atribuyendo la determinación al gobernador Máximo Paz, enfrentado con Eduardo Costa. Pero lo cierto es que el decreto de nombramiento de Mariano Ponce de León es firmado por Carlos D'Amico, el gobernador previo, con quien Eduardo Costa tenía aparente buena relación. Otras fuentes, como Guillermo Eduardo Colombo, mencionan que en realidad Costa, por el contrario, habría apoyado precisamente a Paz en su interna con D´Amico, lo cual "cerraría" un poco más, ya que el nombramiento de Ponce de León podría haber sido producto de un castigo por un sector no afín a Paz.”
Ok, Jorge Pedro, lo tenemos a Mariano de intendente. Nuestro amigo Sinay, cuando escribió brevemente sobre el punto, se limitó a decir que no tenía datos de Mariano y que la intendencia había sido prolijamente entregada por Luis Costa a Mariano Ponce de León y que este, casi de forma aséptica, se la había pasado a Martín Castilla.
Si bien para Salomón en sus escritos la gente no hace caca, Giuliano Albo fue un poco más al hueso en sus columnas de la década del 80 haciendo mención a que Mariano no había estado mucho tiempo al frente de la ciudad por conflictos y oposición de los vecinos, pero sin ampliar demasiado más. Vallomy, por su parte, o sea yo, tentado por la punta de conflicto que señaló Albo, se puso a investigar un poco por el lado de las crisis señaladas.
Parece que los vecinos del pueblo no se fumaron pasivamente a Mariano al frente de la intendencia: El 28 mayo de 1887 fue publicada en La Prensa una pequeña nota donde se mencionaba que una delegación de vecinos solicitaba lisa y llanamente la destitución de Ponce de León por malversación de fondos.

Mariano Feliciano por su parte, levantó el guante, y en La Prensa, el 09 de junio de 1887, presentó su descargo: contó que, al tomar conocimiento del pedido de destitución y la versión sobre malversación de fondos, presentó la renuncia a su cargo y solicitó que se levante un sumario para que fuera investigada su actuación durante sus breves meses de mandato. Sumario que jamás nadie inició, ante lo cual Ponce de León explicaba lo infundado de sus acusaciones y bramaba su inocencia.

Un dato interesante es que el descargo aparece firmado en Campana, con lo cual, podemos asumir que, en ese momento, ya sea en el pueblo o en la zona rural del partido de Campana, estaría al menos transitoriamente residiendo.
Como ya he explicado, luego de la renuncia de Ponce de León es nombrado Castilla, quien llama a elecciones, presenta lista y es formado el Concejo Deliberante que finalmente lo elegiría a él como intendente.
Pero volvamos a Mariano, que era tu intríngulis, Jorge.
Para 1888/89 lo vemos propuesto en las ternas de Juez de Paz de Exaltación de la Cruz, donde finalmente es elegido para el cargo, continuando su carrera política y social.
Luego, se pone todo un poco más neblinoso: hay varios Marianos Ponce de León contemporáneos.
Casi con seguridad residió algún tiempo en la ciudad de Buenos Aires, esto, por algunos documentos por él firmados indicando allí su residencia, y ya con el siglo XX principiado, parece tener algunas extensiones de tierras en la provincia de Santa Fé, pero sin lograr corroborar este que escribe si se trata de nuestro Mariano F. Ponce de León o algún homónimo con total claridad.
Creo, querido Jorge, que he cumplido con mi deseo de cumplirte el capricho y traerte información ampliada.
Estoy completamente seguro que hay muchísimo más que lo que te estoy contando hoy. De a poco, muchos archivos en papel son “fotografiados” y puestos para que cualquiera desde cualquier punto del planeta pueda jugar a ser investigador.
Ah, para que no te sientas mal por la carta no contestada de los familiares de Ponce de León, te cuento: yo intenté mandar algunas cartas modernas por la computadora a algunos Ponce de León de Cardales y tampoco me dieron ni cinco de bolilla.
No logré saber cuándo murió Mariano, pero es cuestión de tiempo y de apertura de más archivos.
Mientras tanto, espero todo esté bien por ahí. Lamento mucho lo de Marcela, no sabía si decírtelo, pero seguramente ella esté por ahí con vos.
Ahora que lo pienso, si en algún momento te cruzaste con Mariano Ponce de León ahí arriba, probablemente ya sepas todo y mucho más de lo que te estoy contando, así que me estarás leyendo con un poco de ternura al querer contarle cosas a un muerto que ya lo sabe todo.
Cuando me toque conocernos, espero que nos podamos sentar a charlar con Becerra, Washington de la Peña y el flaco Nordhal para reírnos, eso sí, amigo, espero que ese encuentro sea dentro de mucho, pero mucho mucho tiempo.
Abrazo enorme, Joel.
Agradecimientos:
Archivo Municipal Jorge P. Fumiere
Sr. Alan J. Aguiar Schwyn
(1) en paralelo, a nivel nacional se cursaba la epidemia de fiebre amarilla, pero en nuestra región el brote de viruela se cobraba vida tras vida a diario. (2) El Monitor de la Campaña fue un periódico editado en Capilla del Señor durante la década de 1870. |











