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Caso Lorenzati: pasando en limpio

La Municipalidad de Campana contrató a Carlos Alberto Lorenzati, un sombrío personaje que perteneció al tristemente célebre Batallón 601 durante la última dictadura, y a la ex Secretaría de Inteligencia del Estado. Además, una mujer lo identificó con ''total certeza'' como su secuestrador, y otros testimonios señalaron su presencia en el Centro Clandestino de Detención ''El Atlético'', del barrio de San Telmo. ¿Quién es este hombre? ¿Y quién es el otro Lorenzatti, con dos ''T'', que tanto el gobierno de la Provincia de Río Negro, hace más de una década, como el de la ciudad de Campana en la actualidad, utilizaron como ''coartada'', para plantear la teoría de una confusión con un homónimo? Todas las preguntas y todas las respuestas, en una nota detallada y llevada adelante por un actor no interesado políticamente.

Un tal Carlos Alberto Lorenzati, con una sola T, aparece en el dossier publicado en la edición de febrero de 2010 de la revista Veintitrés, que en ese entonces pertenecía al grupo empresarial de Sergio Szpolski, actual dirigente político del Frente de Todos, y que en 2015 fue candidato a intendente de Tigre por el Frente para la Victoria (quedando segundo detrás de Julio Zamora).

En el dossier aparecía un listado que clamaba ser exhaustivo de todas las personas, entre militares y civiles, que pertenecieron al Batallon 601, una importante unidad de inteligencia del Ejército que si bien fue creada en 1968 tuvo su pico de actividad entre 1975 y 1977, en la previa del golpe de Estado y en los primeros años del autodenominado ‘’Proceso’’. En total, son 4300 personas, entre ellas, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani o, más simple, el Teniente General Milani, señalado durante años por una presunta comisión de delitos de lesa humanidad. Milani, cabe aclarar, fue absuelto en todas sus causas.


En el listado de la Veintitrés aparece ‘’Carlos Alberto Lorenzati’’ y quien, aparentemente, sería su mujer, ''Laura Catalina Hejler''. ¿Qué se sabe de Hejler? De acuerdo al testimonio de Susana Dieguez, la única persona que, hasta ahora, ha vinculado directamente y con absoluta seguridad a Lorenzati con crímenes de lesa humanidad, Hejler también era agente secreto. Cuenta Dieguez que un día recibió un llamado anónimo en el que la advertían de que Hejler se infiltraba en las manifestaciones docentes en Bariloche.

Este Sr. Lorenzati parece no ocultar su pasado en los servicios de inteligencia, dado que el C.V. que entregó a la Municipalidad de Campana incluye líneas como:

  • 1978-1999 Inteligencia Militar. Ámbito Exterior

  • 1999-2001 Directorio Nacional de Inteligencia (SIDE)

  • 2001-2005 Presidencia de la Nación SIDE

En los años previos, y en los primeros post golpe, de acuerdo a su currículum Lorenzati estuvo desempeñando funciones en el Instituto Geográfico Militar.


Hay dos cuestiones que manchan por completo la enigmática figura de Lorenzati: la primera, su participación en los servicios de inteligencia del Estado, cosa que él mismo no oculta. Quizás entienda que su pasado en esa área del Estado lo torna un personaje ‘’turbio’’ y, quizás, ''cuestionable'', pero que no lo convierte per se en un delincuente de lesa humanidad o en alguien ''no apto'' para trabajar en un Municipio. De otra forma, no hubiera incluido esa información en su C.V.


Pero la segunda cuestión es la que más lo complica: Susana Dieguez, reconocida docente, militante política y sindical, y ex diputada provincial por Río Negro del Frente para la Victoria, estuvo detenida y desaparecida desde el 19 hasta el 24 de abril de 1977 en el ‘’El Atlético’’, el centro clandestino de detención, tortura y exterminio que funcionó en el barrio porteño de San Telmo. Su nombre original era ‘’Centro Antisubversivo’’, cuyas iniciales ‘’C’’ y ‘’A’’ dieron lugar a su seudónimo más conocido, ‘’Club Atlético’’ y luego ‘’El Atlético’’.

Los militares entraron a la casa de Dieguez en Villa Devoto, cuando ella tenía 29 años. Entraron tanto por el techo como por la puerta principal. Según detalla el periodista de investigación Franco Mizrahi, violaron a su hermana, de 17 años, y luego se llevaron a ella. En esos interminables días sufrió ''todo tipo de vejámenes: picana eléctrica, simulacros de fusilamiento y una violación cometida por el represor Julio Simón, más conocido como “Turco Julián”'', recordado como el torturador más salvaje y perverso del circuito represivo A.B.O. (conformado por los C.C.D. ''El Atlético'', ''Banco'' y ''El Olimpo''). Aparentemente, pesaba sobre ella la acusación de pertenecer a la Juventud Peronista, y una identificación como ''compañera'' de Jorge Tassara, detenido en el penal de La Plata.

Dieguez asegura que Carlos Alberto Lorenzati es quien la secuestró. Durante su actuación como testigo en la causa A.B.O., Dieguez reconoció a Lorenzati en una foto, que en ese momento era funcionario del gobernador radical de Río Negro Miguel Ángel Saiz. La fecha (finales de 2009, comienzos del 2010) casi que coincide con la aparición del nombre de Lorenzati en el dossier de la revista Veintitrés con los integrantes del Batallón 601. Y esa aparición forzó al espía a tomar una licencia.

“Yo tengo la certeza de que Carlos Alberto Lorenzati es el que me secuestró”, afirmó Diéguez en la nota realizada por Mizrahi. “El momento del secuestro es muy shockeante. Por eso, a la distancia, pocos de nosotros podemos reconocer a la patota que nos llevó. En la Conadep no había descripto mucho a mis secuestradores. Pero la aparición de la lista del PCI del 601, confirmó lo que denuncié’’, agregó.


Su tiempo como funcionario del gobierno de la Provincia de Río Negro fue entre 2005 y 2010. En ese lapso, fue investigado por el juez Daniel Rafecas, titular del juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº3, por las sospechas en torno a su participación en la represión ilegal en el circuito represivo A.B.O. Quien llevó el caso a la justicia fue el actual intendente de Viedma, Pedro Pesatti, que en ese entonces era diputado provincial de Río Negro por el Frente Para La Victoria (y compañero de bancada de Dieguez). Lorenzati fue apartado del gobierno rionegrino recién al difundirse el dossier de la Revista Veintitrés. Según Adrián Pecollo, periodista rionegrino, lo que motivó Pesatti a realizar la denuncia fue la sospecha de quien en ese momento era el intendente de Viedma, Jorge Ferreira, de que Lorenzati lo había grabado en un encuentro informal con Iván Lazzeri, que era ministro de Gobierno de Saiz. Ante este hecho es que nace la coartada del homónimo, la ‘’confusión’’ con ‘’otro’’ Lorenzatti, este con doble T.


LORENZATTI CON DOBLE T


Cuando la bomba de la Revista Veintitrés explotó, en el gobierno de la provincia de Río Negro tuvieron que, finalmente, salir a dar explicaciones y a tomar medidas. Hasta entonces había sospechas y acusaciones, pero el dossier con el listado completo del personal del Batallon 601 que incluía a Lorenzati era algo demasiado grande y pesado como para intentar dejarlo pasar de largo.


Lorenzati era ''director de Asuntos Delictivos'' de la gobernación. Trabajaba ''oficialmente'' en la prevención del delito -supuestamente, tenía como tarea la confección de un mapa del delito de la provincia-, como parte de la Secretaría de Seguridad. Y reportaba directamente al gobernador Saiz.

En la práctica, todo apunta a que su trabajo estaba más cerca de las tareas de investigación y de espionaje, y que éste sucedía de forma paralela, casi marginal, a las estructuras judiciales y de seguridad.


Cuando el listado de la Revista Veintitrés tomó repercusión nacional, desde el gobierno rionegrino intentaron instalar la explicación de que ''el Lorenzati malo’’ era otro, con mismo nombre, mismo segundo nombre, pero con doble ‘’T’’ en el apellido: Carlos Alberto Lorenzatti. Este de la doble ‘’T’’ había sido subcomisario de la Policía Federal, era apodado ‘’Gato Viejo’’, y había sido reconocido por víctimas de secuestros en dos de las tres sedes del circuito represivo A.B.O., esto es, en ‘’Banco’’ y en ‘’Olimpo’’. Según distintas fuentes, Lorenzatti fue pieza clave en los horrores llevados a cabo en esos centros clandestinos de detención, donde habría sido uno de los Jefes, por debajo del entonces comisario Antonio Fioravanti y luego del teniente coronel Antonio Minicucci, ambos fallecidos.


Las imputaciones de Lorenzatti -privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos de 300 personas que estuvieron ilegalmente prisioneras durante la última dictadura- se erigen entre el 25 de noviembre de 1977 hasta el 16 de agosto de 1978, y pertenecen a la causa nro. 14.216/03 caratulada “Suárez Mason Carlos y otros sobre privación ilegal de la libertad...” del registro de la Secretaría nº 6 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3.


Finalmente, el 5 de diciembre de 2017, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de la Capital –integrado por los jueces Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Alberto Tassara y José Antonio Michilini- dio a conocer su veredicto en el juicio oral por los delitos de lesa humanidad cometidos en el circuito represivo A.B.O. (Causa A.B.O. III), y éste incluyó la condena a Lorenzatti a 25 años e inhabilitación absoluta y perpetua, por considerarlo ''coautor penalmente responsable del delito de privación ilegítima de la libertad agravada por haber sido cometida por funcionario público con abuso de sus funciones, y por mediar violencia y amenazas, como así también por su duración de más de un mes, en concurso ideal con la imposición de tormentos en relación a las condiciones de cautiverio impuestas, reiteradas en 65 ocasiones que concurren materialmente entre sí''.

Lorenzatti ‘’El Gato Viejo’’ de las dos T, que supo ser patovica personal del fallecido líder radical Ricardo Balbín, estaba en prisión preventiva en el Penal de Marcos Paz por disposición del Juez Rafecas desde el 21 de agosto de 2012. Luego, en 2015, sucedieron dos cosas: se le prorrogó la medida hasta la fecha del juicio, y se le concedió arresto domiciliario (con voto dividido de la Cámara de Casación) por cuestiones de salud.


LA COARTADA ORIGINAL


La primera vez que se utilizó la explicación de la ‘’confusión’’ con un homónimo fue en la provincia de Río Negro, y fue un año y dos meses antes de la salida a la luz de la famosa edición de la Revista Veintitrés sobre el Batallón 601. La empleó Santiago Ibarrolaza, actual apoderado de la U.C.R. de Río Negro, y que en tiempos de la gobernación de Saiz era subsecretario de Política Criminal.

De acuerdo al medio Río Negro -que ha hecho un minucioso seguimiento del tema-, Ibarrolaza emitió un comunicado en el que dijo: "Carlos Lorenzati es un hombre de la democracia desde el '83" [...] ''Rafecas procesó por represión a otro Lorenzatti" [...] "Carlos Lorenzati trabajó en el Ejército, es geógrafo, no tiene formación militar y nunca se desempeñó como funcionario del Gobierno de facto. Es un hombre de la democracia desde el '83" [...] "el Lorenzatti de la represión es otro".


En ese entonces, la postura del gobernador Saiz era ‘’esperar a que haya pruebas’’ ya que "hace dos años que vienen hablando de Lorenzati. A mí nadie me trajo ninguna prueba. Parece pecado haber nacido en la época del 40 o del 50 en este país. ¿Está la investigación?, ¿se expidió el juez?. No, entonces ¿por qué no esperamos? No tengo ningún elemento para condenarlo".


LA COARTADA COPIADA EN CAMPANA


En el plano local, el primer señalamiento público a Lorenzati (con una ‘’T’’) lo realizó el concejal peronista Marco Colella, durante la sesión especial del Concejo Deliberante celebrada el pasado jueves 6 de mayo, en la que se trató la rendición de cuentas municipales del año 2020. Luego, durante la misma sesión, la presidenta de su bloque, Soledad Calle, continuó la denuncia y puso más datos de Lorenzati sobre la mesa. Con documentación en mano, los concejales señalaron su contratación ‘’Sub-Director de Control y Gestión’’, primero, y su actual rol como proveedor de la Municipalidad de Campana.

A este fin, Lorenzati presentó en la Municipalidad de Campana un currículum y una especie de plan o propuesta de trabajo. El primero detallaba con riguroso detalle todos los trabajos que cumplió durante su carrera profesional, incluidos aquellos relacionados a los servicios de inteligencia: ‘’1978-1999 Inteligencia Militar. Ámbito exterior’’, ‘’1999/2001 Director Nacional de Inteligencia (SIDE)’’, etc. Empero, entre 1975 y 1977, lapso de la actividad mayoritaria del Batallon 601, solo figura su rol en el Instituto Geográfico Militar. Nada más. De cualquier manera, la conclusión más simple a la que puede llegarse es que Lorenzati no oculta su pasado en la inteligencia, aunque sí parece haber, como mínimo, ‘’escondido’’ su actividad durante los años en los que la dictadura militar hizo más estragos. Uniendo cabos, podemos ver cómo en abril de 1977, fecha en la que Susana Dieguez y su familia fue secuestrada, y en cuyo evento Lorenzati fue señalado por aquella como secuestrador, éste supuestamente cumplía funciones en el Instituto Geográfico Militar.

Volviendo a la sesión del H.C.D., tras las acusaciones de Colella y Calle, el único miembro del oficialismo que atisbó una especie de respuesta –muy precaria, por cierto- fue el concejal macrista Carlos Cazador. Queda claro que el experimentado legislador local, que sin dudas es el miembro más hábil del bloque a la hora de hablar y defender posturas, logró leer algo respecto al historial de Lorenzati en la web, pero ese ‘’algo’’ no fue suficiente como para esgrimir una defensa convincente. Cazador lo que hizo fue intentar copiar la coartada que usó Ibarrolaza en Río Negro: la teoría de la confusión, la teoría del homónimo.


Tras reconocer ‘’no lo tengo muy claro’’ en primera instancia, luego Cazador, en palabras textuales, dijo: ‘’hay tres que se llama Juan Carlos ¿Lagomarsin?, no, ¿cómo era que se llamaba? No me acuerdo…’’. Consulta con alguien del recinto y le dicen el apellido correcto. ‘’Lorenzán’’, entiende. Y prosigue: ‘’Realmente pregunté en su momento dado… pero había tres. Me parece que están hablando de dos que no son. El tercero en realidad es alguien que en realidad está trabajando (?). PERO (exclama) me llama la atención que quien hizo la denuncia creo que hasta conversó con el secretario del área, y hasta recibió alguna explicación. Pero si no lo conformó porque hay muy mala leche en este tema, ‘’hablo con vos pero después hago lo que quiero y digo lo que quiero’’… digo… en este sentido ofrezco a la presidencia de este bloque a que juntos, a quienes denuncian este tema –que va a ir a la rendición de cuentas- nos acerquemos al secretario y le pidamos toda la información. Yo soy garante de que en realidad la vamos a poder identificar. No me gusta que si esto no tiene correspondencia, o si ha sido charlado, hoy se ventile aquí como un hecho, y quede como una verdad, cuestión de que yo no lo creo, y por supuesto a partir de allí vamos a una reunión y nos sacamos las dudas pero seriamente, y no para hacer denuncias al voleo, que después no tienen soporte bajo ningún punto de vista’’.

Claramente, Cazador apenas pudo cumplir con la obligación moral de ‘’decir algo’’, pero lo que dijo es la nada misma: ni siquiera pudo decir correctamente el nombre y apellido del cuestionado proveedor municipal.


Aparte de Cazador, nadie más del oficialismo local volvió a hablar públicamente del tema, pese a los reiterados pedidos de los restantes bloques de concejales. Incluso ha habido una solicitada, publicada el pasado domingo 16 de mayo en La Auténtica Defensa, titulada ‘’Intendente Abella, NUNCA MÁS’’, instando al ejecutivo a dar explicaciones sobre la contratación del ¿ex? espía.

¿POR QUÉ LA CONFUSIÓN? SIMILITUDES ENTRE LORENZATI Y LORENZATTI


El periodista Franco Mizrahi preguntó a Susana Dieguez en marzo de 2010 si ella creía que el Lorenzatti con doble ‘’T’’ no existía en realidad. La ex legisladora, en ese momento, respondió: ‘’Tengo mis serias dudas. ¿Van a tragarse en la Justicia el dato de la doble “T”? A mí me preguntan en el juzgado si Lorenzati, el que me secuestró, era “Polaco Grande”. Nunca le escuché ese alias. Pero reconocí que este tipo había sido uno de mis secuestradores. Y, además de llevarme, fue quien me interrogó sobre todos los nombres que tenía en mi agenda. ¿Por qué lo voy a marcar como secuestrador si él no hubiera hecho semejante cosa? Además, también tomé conocimiento de que el Centro de Antropología Forense de Capital Federal estaba investigándolo.’’


En 2021, con la identificación con foto y video, más la condena a 25 años dictada contra Lorenzatti, la teoría de la identidad inventada ya no tiene asidero. Empero, es innegable que hay una cantidad insólita de similitudes entre Carlos Alberto Lorenzati, el hombre del que esta nota trata, y de su homónimo usado como coartada, Carlos Alberto Lorenzatti.

  1. En primer lugar, lo más obvio: sus nombres, ambos, son iguales, y sus apellido difieren solo en una letra.

  2. Ambos son vinculados a la dictadura militar y a la comisión de delitos de lesa humanidad. De Lorenzati hay sospechas, denuncias, e investigación; de Lorenzatti hay ya una condena a 25 años –que cumple en su casa- e inhabilitación perpetua.

  3. Ambos son vinculados a tareas de inteligencia: de acuerdo al CELS, Lorenzatti pertenecía al sector de Inteligencia de la Policía Federal Argentina [fuente]. De Lorenzati no hay mucho que explicar: lo explicita en su propio C.V.

  4. Ambos son vinculados al Circuito represivo A.B.O., es decir, a los centros clandestinos de detención y extermino ‘’El Atlético’’, ‘’Banco’’, y ‘’El Olimpo’’.

  5. Lorenzatti fue parte de la causa ‘’Suarez Mason’’, a cargo del juez federal Daniel Rafecas, que terminó con una condena a 25 años de prisión. Pero también Rafecas investigó a Lorenzati: en febrero de 2010, apenas detonada la bomba de la revista Veintitrés, el magistrado solicitó el legajo del espía de una sola ‘’T’’, en principio por su posible participación en el C.C.D. ‘’El Atlético’’.

Sobre la Causa Suárez Mason (expediente que se identifica como causa N° 14216/03, caratulado "Suárez Mason, Carlos Guillermo y otros s/privación ilegal de la libertad agravada, homicidio agravado...", y conocido como causa Primer Cuerpo del Ejército): se inició el 2 de julio de 1986. Luego, por aplicación de las leyes de ‘’Obediencia Debida’’ y ‘’Punto Final’’, y de los decretos de indulto presidenciales, la instrucción de la causa se vio paralizada hasta el dictado de la ley 25.779 que determinó ‘’insanablemente nulas’’ a las dos mencionadas leyes. Luego de la sanción de ésta, la Cámara Federal dispuso la reapertura de las actuaciones con fecha 18 de septiembre de 2003. La causa ‘’Primer Cuerpo del Ejército’’ es el expediente originario de la cual se desprenden numerosos expedientes que han sido elevados para su conocimiento por parte de los Tribunales Orales, entre ellos: causa Iriart (N° 13/09) del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Rosa, la causa ABO ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de la Capital Federal, la causa El Vesubio ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°4, la causa Automotores Orletti ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 y la causa Hospital Posadas. La causa investiga los hechos de represión en jurisdicción del Cuerpo I del Ejército, alcanzando los tres C.C.D.s del Circuito Represivo A.B.O. En esos años, el jefe del Cuerpo I del Ejército era el general Carlos Guillermo Suárez Mason, fallecido en junio de 2005.


CONCLUSIONES:


1) Pese a una confusión inicial (y, presumiblemente, lógica), y a las muchas coincidencias existentes en torno a ambos, está claro que Carlos Alberto Lorenzati y Carlos Alberto Lorenzatti son dos personas reales y distintas.

  • LORENZATI (con una ‘’T’’) | DNI: 8.008.734 – Fecha de Nacimiento: 17 de diciembre 1949 (71 años) – Monotributista categoría ‘’F’’, oriundo del norte de la provincia de Buenos Aires. NO TIENE CONDENA.

  • LORENZATTI (con dos ‘’T’’) | DNI: 4.519.819 – Fecha de Nacimiento: 25 de enero de 1945 (76 años), con residencia en Mercedes, Prov. De Buenos Aires, preso en su domicilio. TIENE CONDENA (25 años)

2) El Lorenzati vinculado a la Municipalidad de Campana, primero como contratado y luego como proveedor, está sospechado / señalado como represor pero, hasta el momento, no tiene un proceso y una condena que lo confirme como culpable. El testimonio ‘’clave’’ es el de Susana Dieguez, que manifestó en reiteradas ocasiones (nunca a Código Plural, pues se negó a contestar nuestras preguntas al respecto) tener la absoluta certeza que Lorenzati fue su secuestrador en ‘’El Atlético’’. Sobre este centro clandestino ha habido varios testimonios de personas que acreditan la presencia de una persona apodada ‘’Polaco Grande’’, pero la mayoría la vinculan al condenado a 25 años de prisión con doble ‘’T’’. En síntesis: Lorenzati con una ‘’T’’, vinculado a Campana: sin condena. Lorenzatti con dos ‘’T’’, sin relación alguna a Campana: con condena.


3) Aunque Lorenzati no tenga una condena por delitos de lesa humanidad, su contratación por parte de la Municipalidad de Campana amerita una urgente explicación. ¿Por qué un Estado municipal contrataría a un septuagenario con pasado de espía, que aparece en el listado de personal del Batallón 601, que ha sido señalado como represor por una persona que aduce ‘’absoluta seguridad’’ en su identificación, y que ha sido investigado por un Juez Federal de la Nación en una causa sobre el Cuerpo I del Ejército? ¿Qué tareas llegó efectivamente a realizar Lorenzati en Campana? ¿Cómo puede ser que recién en mayo de 2021 los campanenses nos enteremos de la presencia de este hombre? ¿Sabía Abella del prontuario de Lorenzati? ¿Cómo llega un C.V. como el de Lorenzati a Campana? ¿Quién lo recomendó o mandó, y quién aprobó su contratación? ¿Se tomó en Campana o en dónde la decisión de su contratación? ¿No alcanzaba con los datos que el propio Lorenzati explicitó en su C.V. para llegar a la conclusión de que era una persona, como mínimo, turbia? ¿No les hizo ruido que este hombre pusiera un DNI en su C.V., pero que la fotocopia del mismo fuera otro número? ¿Sabían todo y se la jugaron a que nadie los descubriera o, lo que quizás sea peor, ni siquiera googlearon su nombre? ¿Hay un secretario de DD.HH. en el Municipio? ¿Y qué está haciendo… jugando al Sudoku? Y, por último, ¿son realmente ‘’de cartulina’’, como muchos sospechan, los concejales oficialistas, que parecen haberse enterado hace 15 días de la contratación de este hombre que, encima, ya cobró un dineral y respecto del cuál no sabemos absolutamente nada en torno a sus funciones en Campana?

 

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