Alonso: "Cuando el Gobierno destruye lo que nos hace grandes"
- Loana Vietta
- 21 ago
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La diputada bonaerense Soledad Alonso expresó su preocupación y advirtió que el Gobierno de Javier Milei impulsa un plan de vaciamiento y desregulación que pone en riesgo la salud, la ciencia y la soberanía nacional.

En la Argentina, organismos que son orgullo y referencia a nivel internacional están bajo ataque. El Gobierno recorta recursos, desprestigia y hostiga al Hospital Garrahan, al CONICET y a entes de control como la ANMAT, mientras sus profesionales concretan logros que emocionan al mundo. Lo hacen a fuerza de vocación y resistencia, pero con salarios muy por debajo de lo necesario para vivir.
Un ejemplo grave e invisibilizado, es el caso del fentanilo contaminado, que ya provocó más de 90 muertes en distintas provincias del país. Para dimensionar la magnitud: fueron 52 muertes en la tragedia de Once, 86 en el atentado a la AMIA, 29 en la Embajada de Israel y 65 en LAPA. Con el fentanilo ya se superaron esas cifras, y aun así no hubo renuncias ni respuestas.
La desregulación y el debilitamiento de los controles sanitarios fueron impulsados por Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, y Mario Lugones, ministro de Salud de la Nación, que avaló la eliminación de muchas instancias de supervisión. El ocultamiento y la falta de respuestas oficiales muestran con crudeza lo que sucede cuando el Estado se retira de áreas tan sensibles: sin regulación, la gente muere.
El Hospital Garrahan, referente en pediatría, realizó cirugías inéditas como la reciente separación de siamesas, que demandaron meses de preparación y el trabajo coordinado de más de 40 profesionales. Sin embargo, sus trabajadores llevan más de un año reclamando una recomposición salarial, enfrentan recortes, cierre de residencias y amenazas, y aun así siguen salvando vidas. “En lugar de cuidarlos y darles las herramientas que necesitan, los tratan como si fueran un gasto incómodo. Ese es el valor que este Gobierno le da a la salud pública”, afirmó Alonso.
En el CONICET, la falta de financiamiento estatal obligó a que la última expedición oceanográfica al Cañón Submarino de Mar del Plata, con hallazgos únicos para la biología y la oceanografía, se concretara gracias a un concurso internacional financiado por la fundación privada estadounidense Schmidt Ocean Institute. La misión, transmitida en vivo, atrapó a miles de personas y despertó un interés social masivo. “Es un doble absurdo: despreciamos lo que ellos valoran y dejamos en manos ajenas el conocimiento de nuestros propios recursos”, remarcó Alonso.
Alonso señaló que este vaciamiento no es casual: forma parte de una política deliberada de desprestigio, recorte y desregulación de instituciones estratégicas del Estado, mientras se fomenta la dependencia de intereses privados y extranjeros. “Soportar que nos quiten el control, la investigación y la salud pública no es libertad: es quedar a merced de intereses que no son los de nuestro pueblo. En las próximas elecciones es fundamental no avalar con nuestro voto este modelo que ajusta, vacía y desprecia lo que nos hace grandes”, concluyó Alonso.
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