Se cumplen hoy 89 años del Incendio de la Refinería
El hecho, que sacudió a Campana, llevó a que la inmensa mayoría de la población huyera de sus hogares aquella noche. En esta nota, Joel Vallomy nos cuenta cómo vivió la ciudad aquellos trágicos sucesos que incluyeron explosiones de tanques, pánico generalizado, saqueos, huidas hacia ciudades vecinas, y daños materiales y humanos.
En la madrugada del 28 de agosto del 34, los vecinos saltaban de la cama entre vidrios rotos y paredes fisuradas. Parecía que el mundo se venía abajo: estaban explotando los tanques de la refinería. En general, los habitantes realizaron un éxodo hacia Zárate o para la zonas de quintas temerosos de volar por el aire.
Naturalmente siempre quedaban curiosos como los de algunas imágenes que ilustra la nota, pero claramente la opción mas obvia era la huida. Cuando hablamos de zona de quintas no vayamos a creer que estamos hablamos de grandes distancias, por caso, de Ameghino hacia el sur, era propiamente descampado con algunas viviendas salpicadas y ya era zona de refugio, desde la cual igualmente se veían tanto las llamaradas como las columnas de humo.
El siguiente video es un fragmento del documental de historia campanense: ''La Necrópolis Municipal: Las historias que no mueren'', que pódés ver completo ACÁ.
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Descendientes de la familia Romano, propietarios de la bella quinta que aun se conserva precisamente en Barrio Romano, cuentan de daños sufridos por las explosiones: Esto da una idea de la magnitud. Numerosas propiedades sufrieron rajaduras y las roturas de vidrio se contaron por centenares, el pueblo se militarizó para contener saqueos con rondines las 24 hs para todo el casco céntrico, y el numero de víctimas indeterminado, al igual que el daño en la salud de muchos trabajadores y agentes de fuerzas de seguridad que trabajaron en la zona de desastre sin ningún tipo de protección.
Los sucesos se extendieron varios días, incluida una falsa calma cerca del día 30, cuando muchas familias empezaron el retorno para salir de nuevo disparadas ante las nuevas explosiones, aun mayores que las primeras. El incendio y las explosiones recién comenzaron a ser controladas el día 2 de septiembre, pero las consecuencias se extendieron mucho más, y aun hoy, por esas cosas de la conciencia colectiva no debe haber campanense que mire la refinería tan cerca del pueblo y no se imagine la posibilidad de un nuevo siniestro aun mucho peor.
FOTOS (provistas por Joel Vallomy)
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