Reflexión en torno al asesinato de Fernando Báez Sosa (por Matías Martínez Reina)
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Reflexión en torno al asesinato de Fernando Báez Sosa (por Matías Martínez Reina)

El asesinato de Fernando Báez Sosa que conmociona al país nos lleva una vez más a reflexionar acerca del flagelo de la violencia que atraviesa a nuestra sociedad. En ese marco, son muchas las voces que se levantan, y los argumentos que se esgrimen para intentar comprender el problema, que se termina generando confusión, colocándose el foco en aspectos que no son los que originan la violencia.

A Fernando no lo mató el alcohol... Si bien el alcohol puede actuar como un factor desinhibidor no genera en sí mismo un comportamiento violento, de hecho no toda persona que consume alcohol va por la vida matando gente, tal como lo dijera la pareja de la víctima.


A Fernando no lo mató el rugby… En estos días se demonizó a ese deporte. Estamos de acuerdo que es un deporte de fuerte contacto y que, sin duda, los rugbiers se valieron de la fuerza y del entrenamiento para golpear de manera letal al joven Fernando. Seguramente esto llevará a que el deporte de la pelota ovalada se replantee varias cuestiones en relación a los valores que se pregonan y el mal comportamiento de algunos jugadores por fuera de las canchas, sobre los que tendrán que también tomar cartas. No es la primera vez que rugbiers golpean en manada, pero también es cierto que no todos los rugbiers son asesinos.

Entonces, ¿donde tenemos que poner el foco si no es en el alcohol ni en el rugby? A Fernando Báez Sosa lo mató el machismo. Vivimos en una sociedad estructurada desde una lógica patriarcal y atravesada por la ideología del machismo. Hay que ser bien macho, heterosexual y de clase media, y desde la lógica de la ideología del machismo esa premisa es la que habilita para agredir, golpear y asesinar a quien tiene una tonalidad más oscura de piel o no pertenece a la misma clase social.


En ese sentido, la pregunta a la que tenemos que dar respuesta sería, ¿cómo abordar el problema? Tenemos que reforzar el trabajo desde el ámbito educativo a través de la Educación Sexual Integral. Enseñarles a los niños, niñas y adolescentes acerca del respeto a quien es diferente. Enseñarles a que los hombres también lloran, darles herramientas para la resolución de los conflictos a través del diálogo y no de la violencia.


También hay que reforzar el trabajo con niños, niñas y adolescentes en el ámbito de los clubes deportivos. En ese marco, desde AViGAU continuaremos con la articulación en territorio en clubes deportivos, realizando talleres con deportistas juveniles y dándole herramientas a los profesores y guías. El trabajo que se inició en 2019 en el Club Villa Dálmine se hará extensivo al resto de los clubes deportivos de la región. De esta manera contribuiremos a generar una sociedad en la que exista igualdad de género, una sociedad en la que no haya más violencia, una sociedad en la que el machismo no arrebate más vidas cómo la de Fernando.


Lic. Matías Martínez Reina

Coordinador de Prácticas de la Carrera de Trabajo Social

Centro Regional Campana de la UNLu

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