Nada es casual, todo es causal (por Mariana Quiroga Ferreres)
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Nada es casual, todo es causal (por Mariana Quiroga Ferreres)

Hace un par de meses escribía sobre la violencia institucional, hoy, con la horrible noticia del asesinato de los jóvenes en San Miguel del Monte, es necesario reiterarlo.

Lo sucedido el 20/5/19 terminó con 4 niños/jóvenes asesinados por parte de las fuerzas de seguridad, y un calvario para las familias, que no solo perdieron a sus hijos, sino que sufrieron mentiras e injurias sobre ellos. Que la era Macri terminara con un hecho tan atroz y triste, era un final anunciado. Nuestros jóvenes, incluidos los de nuestra ciudad, están sufriendo todos los días persecuciones, humillaciones, discriminaciones, y violencia por parte de las fuerzas, las cuales se ven alentadas por posturas de funcionarios, que en vez de cuestionarlas y combatirlas las elogian y las cubren.

El Gobierno de Mauricio Macri es el más represivo desde la vuelta a la democracia, y no es casual. Un breve repaso de lo vivido los últimos 3 años, dan cuenta de lo manifestado: represiones a trabajadores, a docentes, a jubilados, a estudiantes, a feriantes, a vendedores ambulantes, a productores, e incluso a niñas y niños murgueros, o sea a todo aquel que cuestione o se manifieste se lo reprime. 

Diariamente vemos denuncias sobre colectivos que son demorados en su recorrido y personal de las fuerzas piden documentos, filman y hacen bajar a algunos, casi siempre de piel morena. Son cotidianas las detenciones arbitrarias, especialmente a jóvenes de barrios más vulnerables, y la apertura de causas penales con el único fin de cumplir con objetivos cuantitativos solicitados por los poderes ejecutivos. 

Creditos: Aires de Santa Fe

A esto hay que sumarle hacinamiento y malos tratos en lugares de detención. Seguramente, el caso más grave de esta gestión es la masacre de la Comisaría 3 de Esteban Echeverría, donde en celdas habilitadas para 10 personas había 27 y que por causa de un incendio murieron 10 detenidos. 

Muchas son las causas de gatillo fácil, las cuales la mayoría se disfrazan de enfrentamientos. Casos como el de Facundo Ferreira, Rafael Nahuel o el de Cristopher Rego, quien no paró en un control y lo mataron por la espalda, son algunos de los cientos que se multiplican a lo largo del país aunque no salgan en los medios. 

Según datos de CORREPI a finales del 2018, cada 21 horas hay una nueva víctima fatal por violencia institucional. Todo ello va acompañado por medidas legales y declaraciones del poder ejecutivo que avalan dicho accionar. La vuelta a instalar en editoriales la “Teoría de los dos demonios”, manifestaciones de funcionarios cuestionando el número de desaparecidos y reducción del presupuesto en programas de derechos humanos, son solo un ejemplo. Entre las medidas podemos mencionar el Protocolo antipiquetes. Si el Estado busca reducir la frecuencia e intensidad de los piquetes debería habilitar canales de negociación política reales y no medidas represivas. 

Otro es el Decreto 883/2018 donde le adjudica un nuevo rol a las Fuerzas Armadas, en contra de uno de los pocos consensos interpartidarios de la democracia luego de la época más negra de nuestra historia, que es la separación de la Defensa Nacional y la Seguridad Interior. Otra medida es la Resolución 956/2018 que establece un reglamento del uso de armas de fuego para las fuerzas de seguridad federales. La medida quiebra el paradigma del uso excepcional de la fuerza letal que prescriben los estándares internacionales y la Ley de Seguridad Interior, debilita los controles internos e intenta evitar también el control judicial. Dicha resolución va de la mano a la ya tristemente célebre “doctrina Chocobar” y a las declaraciones de la ministra de seguridad y del propio presidente recibiendo como “héroe” a quien está procesado y su caso fue elevado a juicio oral y público.

Sin duda la Violencia Institucional es una de las grandes deudas de nuestra democracia, pero hay gobiernos que intentan combatirla y otros, como el actual que las alienta. No podemos dejar de ocuparnos de este tema, todos aquellos que creemos sinceramente que LA PATRIA ES EL OTRO y peleamos por un país mas justo.

Nunca Más Víctimas por Represión ilegal del Estado


Por Mariana Quiroga Ferreres, aboga e integrante de Identidad por la Justicia Social

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