Código Plural
Basta de cárceles (por Clivia Ricle)
El martes 12 de febrero, a semanas del inicio del ciclo lectivo, la Gobernadora María Eugenia Vidal, lejos de llegar a un acuerdo paritario y habiendo cerrado escuelas de Islas, cursos, cesantiado docentes y realizado un recorte feroz en educación superior, inauguró en nuestra ciudad de Campana una cárcel para jóvenes de entre 18 y 21 años.

Esta nueva unidad penitenciaria promete ser un centro de rehabilitación para personas que hayan cometido delitos como hurto, robo o encubrimiento. Lo cual es una gran falacia. Las cárceles lejos están de permitir que les preses se reinserten en la sociedad. El sistema penitenciario, como decía Kropotkin, es una escuela del delito. Les preses no salen rehabilitades. Allí las personas son privades de su libertad y sometides al abuso de autoridad por parte del sistema carcelario. Golpes, mala alimentación, falta de elementos de higiene, falta de abrigo en invierno, maltratos psicológicos e incluso hasta son asesinades dentro de las cárceles por les propies carceleres o por sus compañeres de pabellón en complicidad con el personal penitenciario. Por ende, el sistema carcelario es un centro de torturas legalizado. ¿Cómo se puede “rehabilitar” une individue luego de ser privade de su libertad y sometide a todo tipo de vejaciones? Por otro lado, desde mi posición anarquista pregunto ¿quién legitima al Estado para determinar a qué personas se deben rehabilitar y a quienes no, o a quienes se les debe prohibir de su libertad?
En la inauguración de la nueva unidad penitenciaria para jóvenes, Vidal dijo lo siguiente “Si el Estado no pudo llegar antes de que se cometa el primer delito, tiene que llegar para que no haya un segundo delito. Por eso la política carcelaria es parte de la política de seguridad para nosotros” Ante esto creo que el cuestionamiento es obvio: ¿el Estado no podría invertir más en educación y en políticas socioeconómicas para evitar que les jóvenes salgan a robar? Porque es fácil señalar con el dedo y linchar a les pibes en la calle, pero muy pocas personas se preguntan ¿por qué ese pibe salió a robar?

El Estado es violento y excluyente esté quien esté sentade en el sillón de Rivadavia. Más aun cuando la persona que se sienta allí sigue una política neoliberal. Cuando el Estado no asegura el acceso a educación, a la salud publica y a un trabajo o persigue a aquelles que se quieren autogestionar como está pasando con les artesanes de la feria de San Telmo ¿Qué otro camino contemplan estos jóvenes?
Como docente pregunto ¿No sería mejor invertir en educación y políticas sociales incluyentes? ¿No seria mejor invertir en tizas en lugar de balas? ¿No sería más lógico invertir en la infraestructura de escuelas que en la creación de nuevas cárceles?
Y como anarquista pienso ¿no seria mejor acabar con el sistema penitenciario? Este es un mecanismo de control social, que criminaliza la pobreza y persigue a la disidencia política. Las cárceles son una pata fundamental del sistema estatal-capitalista para depositar a las personas que comenten los crímenes que el mismo capitalismo genera.

Todes nosotres como sociedad ¿por qué no nos cuestionamos la responsabilidad de la organización de la sociedad capitalista en la cual vivimos? ¿Por qué en lugar de pedir más mano dura no cuestionamos esta sociedad excluyente? ¿Por qué gran parte de la sociedad avala el gatillo fácil, la represión, los linchamientos, la baja de la edad en cuanto imputabilidad? ¿Será que de esa forma evaden la responsabilidad que tienen al legitimar este tipo de organización social? ¿Qué clase de futuro están dejando para nuestres jovenes al aplaudir la creación de cárceles y al mirar para otro lado cuando cierran escuelas?
Clivia Ricle
Docente. Anarquista.