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"Ajuste, desempleo y pobreza: el verdadero precio de la 'inflación baja'”

Mientras el gobierno celebra una inflación del 1,6 % para junio, la diputada provincial Soledad Alonso reafirma que la realidad muestra otra cara: despidos masivos, caída del empleo formal, pérdida del poder adquisitivo y millones de familias que ya no llegan a fin de mes.

La diputada Alonso reflexionó duramente ante la realidad económica del país
La diputada Alonso reflexionó duramente ante la realidad económica del país

“Detrás de ese número hay trabajadores empobrecidos y familias endeudadas que usan la tarjeta de crédito para comprar comida y, aún así, no logran llenar el changuito”, señaló la diputada provincial Soledad Alonso.


Esto es más grave aún de lo que pareciera, agrega Alonso, porque no se trata solo del uso de la tarjeta: es decir, recurrieron a la tarjeta y ahora están financiando esa deuda, que tampoco pueden afrontar por el atraso de los salarios y la pérdida del poder adquisitivo. Según datos del Banco Central, la morosidad en el financiamiento con tarjetas de crédito se duplicó durante el último año.


"Cada vez más personas no pueden afrontar los pagos mínimos y quedan atrapadas en un sistema que acumula intereses y profundiza su endeudamiento. Esto, lejos de ser una solución transitoria, se convierte en una trampa que posterga el ajuste en el tiempo y deja a las familias en una situación de riesgo económico permanente", reflexionó duramente la diputada.


En junio, una familia necesitó más de 1.128.000 pesos para no ser pobre, pero ni la jubilación mínima ni el salario mínimo alcanzaron siquiera la mitad de ese monto. Mientras tanto, el consumo cae, los ingresos pierden valor y los despidos se acumulan.


Entre noviembre de 2023 y abril de 2025 se perdieron más de 237.000 puestos de trabajo registrados. Solo en la administración pública se eliminaron más de 138.000. En la provincia de Buenos Aires, el desempleo alcanzó el 9,3 % en el primer trimestre del año. En los 24 partidos del Gran Buenos Aires ya hay 613.000 personas desocupadas.


A esto se suma el deterioro sostenido del poder adquisitivo: el salario mínimo perdió hasta un 30 % desde noviembre pasado, y sectores como el comercio y el trabajo rural sufrieron retrocesos aún mayores.


“No se puede construir una economía sobre el sufrimiento de la mayoría. Si para bajar un número hay que empobrecer a un país entero, entonces no hay política económica: hay castigo social”, remarcó Alonso.


La diputada insistió en que el ajuste no puede naturalizarse y llamó a defender a quienes trabajan: “La salida no puede ser a costa de los que menos tienen. Por eso, en las próximas elecciones tenemos que elegir representantes que nos defiendan ante el desguace y la crueldad de este gobierno”, concluyó.

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